
La historia de los desastres naturales enseña que con frecuencia las poblaciones olvidan las enseñanzas derivadas de las tragedias. A lo largo del istmo centroamericano se han sucedido importantes terremotos, inundaciones, sequías, tsunamis, deslizamientos, aluviones y otros fenómenos derivados de la tectónica regional, que, sin embargo, no encuentran registros de memoria traducidos en conductas apropiadas para minimizar las consecuencias de estos eventos, que como los terremotos, se suceden con inusitada frecuencia. Pareciera como si la respuesta histórica se orientara más bien a una resignación ante daños que podrían ser evitados.